Los retos que nos esperan

Los retos que nos esperan

Los retos que nos esperan

8 abril, 2019

Tribuna / Miguel Ángel Paniagua

¿No es un reto una deuda pública en el 98% del PIB? Recuerdo que la Ley Orgánica de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera establece que debemos situarnos en el 60% de deuda pública sobre PIB a finales de 2020

A menos de un mes de las elecciones generales y en plena precampaña siento una extraña decepción al no escuchar prácticamente nada sobre los principales retos de futuro que tiene nuestro país.

Y no es la invasión islamista, ni la inmigración ilegal, ni los atracos en las casas ante indefensos españoles sin armas. No, éstos no son los retos.

Aunque también debo reconocer que durante la última legislatura tampoco se ha hablado y legislado mucho sobre ellos. En la nueva política, y sobre todo tras la llegada de los nuevos partidos, la anécdota se eleva a la máxima categoría política, y las pequeñas cosas forman parte de la discusión diaria y de los mensajes políticos.

De vez en cuando algunos de los retos se pronuncian, pero sólo para lanzarlos contra otro partido. Pero nada de soluciones, ni propuestas, ni un mínimo análisis en profundidad.

Y si no hablamos de ellos, ¿cómo vamos a afrontarlos? ¿Cómo vamos a plantear alguna solución? Si ni siquiera existen.

¿No es un reto una deuda pública en el 98% del PIB? Recuerdo que la Ley Orgánica de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera establece que debemos situarnos en el 60% de deuda pública sobre PIB a finales de 2020. Y recuerdo también que no podríamos soportar una nueva crisis económica como la pasada a finales de la década pasada con este nivel de endeudamiento.

¿No es un reto el sistema de pensiones de este país? Que recuerdo sigue en déficit y que su gasto crece de forma importante año tras año. Y recuerdo también que el crecimiento será desproporcionado dentro de unos años, cuando la generación del ‘baby boom’ empiece a jubilarse.

¿No es un reto el cambio tecnológico? Un cambio que está afectando a las estructuras productivas, a las estructuras personales, a nuestra forma de comunicarnos, en definitiva, a nuestra forma de vida.

¿No son un reto los objetivos de desarrollo sostenible? ¿Y el cambio climático? Unos objetivos que nos hemos marcado la mayor parte de los países del mundo, y que debemos cumplir sí o sí.

¿Y no es un reto el paro juvenil, los parados de larga duración, el empleo en las personas más vulnerables, incluidas las personas con discapacidad?

¿Y el reto demográfico? Cuando en unos años seremos el país con mayor esperanza de vida y uno de los que menos nacimientos tiene.

¿No es un reto la despoblación de nuestras zonas rurales? Necesitamos que sobrevivan por la calidad de vida de todos, por el mantenimiento de los ecosistemas, por nuestra alimentación, por el cambio climático.

En la multitud de actos, charlas y conferencias a las que he asistido en estos años de la última legislatura, al único que he oído hablar del futuro es a Pablo Casado. Nadie más. Aunque nadie lo escuchaba, sólo nos centramos en pequeñas noticias, en el día a día, en cómo criticar al adversario político, en cómo utilizar algunos de los grandes problemas para dañar al resto de partidos. Sólo nos preocupamos de las próximas elecciones, en sobrevivir políticamente.

Y mientras todos esos retos esperan el momento adecuado para que nos enfrentemos a ellos, seguimos hablando de armas en las casas, de lazos amarillos, de la exhumación de Franco y cosas parecidas.

Necesitamos líderes que oteen el largo plazo y nos centren en los problemas esenciales. No necesitamos visionarios, ni populistas, ni críticos sobre los mejores años de la historia de España. Necesitamos partidos serios y responsables que gestionen nuestro presente y nuestro futuro y nos unan para trabajar de forma colectiva. ¿O no?